A las 8 de la mañana del 7 de noviembre de 1837 un terremoto magnitud 8.0 afectó la ciudad de Valdivia, siendo seguido por un maremoto que destruyó las zonas costeras del océano Pacífico.

El terremoto se sintió en Concepción (que aún no se recuperaba del terremoto de 1835), Valdivia y Ancud.

Según el sitio de recopilación histórica de Valdivia, “Historia de Valdivia”, de Julio Avendaño, uno de los testimonios de la época correspondió a Manuel Bulnes, quien en 1837 era Intendente de Concepción, y que relató lo siguiente: “las dos únicas iglesias que había en este pueblo y todos los edificios fiscales se han arruinado completamente; y si no les han cabido igual suerte a las demás casas de esta población, ha contribuido sin duda la circunstancia de ser ellas de madera”.

Otro personaje conocido que vivió este terremoto fue el naturalista francés Claudio Gay que vivió con su esposa en Valdivia entre 1834 a 1836. El científico relató en una carta que envió a Francois Arago, secretario de la Academia de Ciencias de París, que el terremoto que ya había vivido en 1835 y cuyo epicentro fue Concepción, había sido superado en intensidad en comparación con el terremoto de 1837 en Valdivia, pero que las pérdidas habían sido “considerablemente menores”.

Gay escribió: “Las casas de Valdivia, Osorno, San Carlos (Ancud), etc., quedaron más o menos deterioradas, pero no destruidas, debieron su salvación a la flexibilidad de la madera de la que están construidas y a su poca altura, pero las iglesias, hospitales, cuarteles y otros edificios fiscales, edificados en piedra, quedaron enteramente derribados y destruidos”.

Fuente: Diariofutrono.cl