Según la tectónica de placas, la litósfera, que está constituida por la corteza y la parte superior del manto, se divide en numerosos fragmentos (o porciones) denominados “placas”, que están en continuo movimiento y cuya forma y tamaño cambian continuamente. Así también, éstas convergen (límites convergentes) o se separan (límites divergentes) y entonces diremos que los terremotos coinciden con límites de placas.
Chile se encuentra ubicado sobre la placa Sudamericana, cercano al margen convergente que la divide de la placa de Nazca, ubicada al oeste. En este caso, el límite es convergente, en otras palabras, de subducción. La zona de subducción es el lugar donde una de las placas se desliza por debajo de la otra. En Chile, la placa de Nazca, constituida por corteza oceánica que es más densa, se desliza por debajo de la placa Sudamericana. La velocidad de convergencia es de 8 a 9 cm/año. En general, estas placas están “trabadas”, acumulando energía hasta que, finalmente, esta energía es liberada causando un terremoto.
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