El 29 de enero de 1914, un terremoto de magnitud 8.2 sacudió la costa de Chile frente a las ciudades de Talca y Curicó, causando daños masivos y dejando miles de muertos y heridos. El epicentro del terremoto se ubicó en el Océano Pacífico, a unos 100 kilómetros de la costa chilena, y tuvo una duración de casi tres minutos.

El terremoto causó graves daños en las ciudades cercanas a la costa, incluyendo Talca y Curicó, que quedaron prácticamente destruidas. Además, el terremoto desencadenó un tsunami que inundó la costa, destruyendo pueblos enteros y causando aún más muertes y daños.

El terremoto de 1914 en la costa de Chile sigue siendo uno de los terremotos más destructivos de la historia de Chile. Los esfuerzos de recuperación y reconstrucción después del terremoto duraron años, y muchas comunidades nunca se recuperaron completamente. A pesar de que han pasado más de cien años desde el desastre, la memoria del terremoto sigue siendo una parte importante de la historia de Chile y un recordatorio de la importancia de estar preparados para los desastres naturales.